domingo, 3 de abril de 2011

LOS TRANSFORMADORES CON PCB SIGUEN FUNCIONANDO


Como sí le guardara algún tipo de rencor a la electricidad su casa se encuentra tenuemente iluminada, al igual que su mirada cuando recuerda la historia que giro de trasfondo en la enfermedad de su hija. María Teresa Ávila es la madre de Romina Soria a quien en el año 2000 le diagnosticaron leucemia, a partir de ese momento comenzó a asociar los transformadores que había en su barrio, ubicado en La Matanza, con la enfermedad de su hija y de la gran mayoría de los vecinos de la zona.


«Hice un mapa de mi barrio y del barrio de al lado marcando en cada manzana los casos de cáncer y de las personas fallecidas por cáncer y junte casi 150 historias clínicas de personas que padecían esta enfermedad y de otras que ya habían fallecido de lo mismo». La mayoría de estos transformadores poseían la sustancia PCB, que es la sigla del PoliClorinato Bifenilo, una sustancia que está considerada según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) como uno de los doce contaminantes más nocivos fabricados por el ser humano.


En el año 2001 gracias a las denuncias de vecinos y ambientalistas y a la sospecha de cancinogenicidad y la comprobación de efectos adversos ambientales y sanitarios se prohibió el uso y producción del mismo. La Resolución 1118/02 y la Ley 25670 establecía que las empresas proveedoras del servicio de energía eléctrica en la Provincia de Buenos Aires y Capital Federal tenían hasta fin del año 2009 aproximadamente para erradicar los transformadores que contengan PCB. Hay que destacar que los transformadores que se encuentren la Capital Federal deberán tener 50 ppm (partes por millón) de PCB para estar permitidos, en cambio los que se encuentren en la Provincia de Buenos Aires deberán tener 2 ppm de acuerdo a lo que establece la resolución.


Sin embargo a raíz de la investigación que realizó María Teresa se produjeron una serie de hechos confusos: por una parte se construyó un centro de vacunación y se instaló agua potable en la zona donde ella vivía, pero a excepción del transformador frente a la casa de María Teresa los demás no fueron reemplazados. «Yo creo que lo que hicieron fue para conformar a la gente, nos trataron de conformar con eso, para decir que se hizo algo pero yo sé que estaba peleando contra una empresa muy grande, que es muy difícil comprobarle las cosas, y yo dije basta, yo no puedo pelear contra esto», confiesa María Ávila.


A casi diez años de aquel hecho y de la sanción de la ley nacional y la resolución, el tiempo parece darle la razón a María Teresa. Ya que la desorganización y la falta de información parecen reinar en el tema de los transformadores con PCB, y sobre todo la responsabilidad sobre quién debe encargarse de reemplazar y controlar que la ley se cumpla es un interrogante que aun no se contesta.


Por Florencia Garduño

1 comentario:

  1. Muy buena la información, voy a usar este recorte para un trabajo sobre la contaminacion en la zona de la matanza para el colegio, muchas gracias por la publicacion

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